EXISTE UNA LÍNEA DE COSMÉTICOS PARA EL CUIDADO DE LA PIEL

A cientos de kilómetros de San Juan, Puerto Rico, en un pueblo llamado Utuado, se cultiva la moringa, libre de contaminación. Allí, el enigmático arbusto, cuyas hojas, ramas y tallos encierran misterios y enigmas favorables a la salud, según la ciencia, se cultiva a través de buenas prácticas agrícolas y métodos de agricultura orgánica.

A sus propiedades nutritivas se unen ahora, según Paolo Di Pietro, joven profesional de origen dominicano, cultivador y distribuidor en la vecina isla, sus cualidades para la belleza y el cuidado de la piel.

Para el experto, graduado en Ciencias Agrícolas de la Universidad de Puerto Rico recinto Utuado, el aceite de moringa mantiene la piel joven por su efecto antienvejecimiento y se utiliza, generalmente en ungüentos.

Para el autor del libro “La moringa, árbol amigo de la humanidad”, el 90 por ciento de los cambios en la piel se deben a la exposición prolongada a la luz solar: “La luz ultravioleta no solo daña el ADN de las células de la piel, sino también inhibe los mecanismos que reparan las células dañadas de la piel, y como la piel se vuelve menos elástica también se vuelve más seca y el relleno de grasa subyacente comienza a desaparecer, con la pérdida de soporte del relleno y del tejido conectivo la piel parece menos flexible, formándose así las arrugas”.

Di Pietro asegura que después de muchos años de investigación, los científicos, los dermatólogos y cirujanos plásticos han descubierto una variedad de ingredientes naturales y extractos de vitaminas que se encuentran en las hojas, las fores y las ramas de la moringa: “Ayudan significativamente a frenar e incluso revertir los signos de envejecimiento de la piel”.


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