domingo, 26 de diciembre de 2021

Entrevista a Goran Therborn, sobre la izquierda y el Estad

“Lenin tenía razón sobre la necesidad de transformar radicalmente el aparato estatal, pero desestimó la importancia de la democracia revolucionaria”

Por Guadalupe Barahona | 22/12/2021 | Opinión
Fuentes: Rebelión


“La especificidad de la tradición comunista dentro del movimiento obrero no es el estatismo, sino un compromiso con una transformación radical del Estado”


Goran Therborn es uno de los científicos sociales más importantes de la actualidad. Este catedrático de Sociología, nacido en Suecia en 1941 y profesor en las más prestigiosas universidades, es autor de más de treinta libros y numerosos artículos, que lo convierten en una referencia imprescindible de las ciencias sociales. Su obra abarca un amplio espectro de temas, que van desde la Historia del marxismo y el pensamiento crítico moderno, a las clases sociales, las políticas públicas, la mundialización, la desigualdad, las ciudades capitales, o la familia.

Esta entrevista gira en torno a “Cómo domina la case dominante”, una obra escrita en 1978, que conserva plena vigencia. En este libro, Goran Therborn analiza las tecnologías organizativas del Estado capitalista, los formatos burgueses de representación y los procesos de mediación en el ejercicio del poder de los aparatos del Estado. Therborn se hace preguntas fundamentales, por ejemplo: ¿Cómo ha logrado una pequeña fracción de la minoría burguesa gobernar con formas democráticas, libertad formal y sufragio universal?, ¿Cómo debería organizarse un Estado socialista en Occidente para reproducir la dominación de la clase trabajadora y sus estratos aliados, impulsando el desarrollo de la sociedad sin clases?

Therborn analiza el sistema de aparatos del Estado y las tecnologías organizativas mediante las que opera el poder estatal partiendo de una premisa: “Si quieres cambiar algo de verdad y en una dirección definitiva, tienes que saber cómo funciona”. Esta premisa se revela como una necesidad urgente cuando se aplica a las experiencias de gobierno de la izquierda, incluyendo las más recientes en América Latina y en Europa.


Guadalupe Barahona: Esta entrevista es especialmente importante, porque no sólo se trata de reflexionar con usted sobre las experiencias pasadas, sino también sobre la posibilidad de que la izquierda llegue a un gobierno, como el de Colombia, por ejemplo. La posibilidad y los límites del cambio, de poner en marcha algunas políticas que realmente puedan parar la fábrica de desigualdad que es ese país. Y es sólo un ejemplo. Ese es el trasfondo de mis preguntas.

Goran Therborn: Ya veo. Sí, Colombia es un país muy importante en Suramérica. Lo que ocurre allí es muy significativo para toda la región.

GB: La primera pregunta que me gustaría hacerle tiene que ver con esa tensión que creo que suele darse cuando la izquierda llega al poder, o al Gobierno debería decir, y trata de cambiar la política y la forma de hacer política. En Venezuela estaba muy claro, y leí que también fue el caso en la revolución soviética, que había un doble poder; había una tensión entre las viejas estructuras, las viejas instituciones del Estado y las nuevas instituciones que estaban naciendo como resultado del proceso revolucionario en la sociedad. Me gustaría preguntarle si cree que este doble poder o estas tensiones entre lo nuevo y lo viejo es algo característico de una transición socialista.

GT: Sí, tiene razón. Un doble poder es, por así decirlo, una parte normal de un proceso revolucionario, pero no es algo necesario, porque, a veces, un régimen puede desmoronarse muy rápidamente sin ningún doble poder, como en Afganistán el pasado agosto. Por otro lado, también debemos tener en cuenta que es una etapa transitoria. Es decir, el doble poder no es una meta, no es un ideal, es una parte importante de un proceso de cambio. Y las misiones chavistas de diversa índole fueron un ejemplo muy interesante y creativo de doble poder. Por otro lado, no estuvo exento de problemas. Un médico mexicano, amigo mío, que trabajó en Venezuela durante un tiempo como consultor en política sanitaria, me señaló las dificultades de los servicios sociales paralelos descoordinados, por lo que siempre es uno de los muchos dilemas a los que se enfrentan los revolucionarios en un proceso revolucionario: ¿Cómo organizarse? ¿Cómo mantener un doble poder, pero también cómo prepararse para un poder político transformador coordinado?

GB: En su libro «¿Cómo domina la clase dominante?», usted menciona que, en el prefacio del Manifiesto Comunista de 1872, Marx y Engels escribieron: «La Comuna de París demostró especialmente una cosa: que la clase obrera no puede simplemente apoderarse de la maquinaria estatal ya hecha y manejarla para sus propios fines». Así, la clase obrera, además de un programa económico y de servicios sociales necesita un programa político de cambios en la organización del Estado. Aparte del proceso revolucionario venezolano que acabamos de mencionar, ¿hay algún otro ejemplo de llegada de la izquierda al gobierno con un programa de transformación política de la maquinaria del Estado?

GT: Creo que la principal lección de la revolución rusa es que el proceso democrático está abierto y que forma parte de la transformación del Estado burgués. Lenin tenía razón al preocuparse por la burocratización y la necesidad de transformar radicalmente el aparato estatal, pero no encontró ninguna solución buena para ello, debido a que desestimó la importancia de la democracia revolucionaria. Tuvo una idea que llamó «la inspección obrera y campesina», como una especie de control de la burocracia administrativa, pero que nunca llegó a funcionar. Creo que el problema central aquí es la cuestión que plantea en la siguiente pregunta sobre las relaciones entre los movimientos sociales y el régimen político, un régimen político con un compromiso con el cambio social.

GB: Entonces, hablando de la democracia revolucionaria, como usted la denomina, una de las cosas que pude observar viviendo en Venezuela, pero que también sucede cuando la izquierda está en el poder en España por ejemplo, es que es muy difícil ejercer un pensamiento crítico o un apoyo crítico. O estás con el gobierno, o estás con los enemigos del gobierno, con la propaganda contrarrevolucionaria y toda esta dinámica, donde es imposible crear un espacio deliberativo dentro de la izquierda, en el que podamos nombrar los problemas, donde también podamos reconocer qué cosas no van bien y qué hay que cambiar. Esto es totalmente imposible cuando la polarización de los argumentos no deja espacio para el pensamiento crítico. En ese sentido, me gustaría preguntarle si cree que la opinión pública o una opinión pública informada es un mito burgués o es un ingrediente de lo que usted llama democracia revolucionaria. ¿Es posible romper esta dinámica de adhesión?

GT: Sí, es una cuestión realmente crucial. Y también es un dilema de los gobiernos de transformación social. La necesidad de tener buenos cuadros al frente del aparato estatal para cambiarlo. Pero, por otro lado, si dejas que los movimientos revolucionarios se atrofien, pierdes el impulso social y pierdes el arraigo popular. Y, como usted pudo experimentar en Venezuela, esto sucede, y es algo que se registra en otros lugares, como Bolivia y Sudáfrica. No es sólo una cuestión de cooptación. Siempre está la tentación de la corrupción, y la búsqueda de privilegios de quienes ocupan puestos de gobierno, que es un problema muy grande tanto en la ANC sudafricana como en el MAS boliviano.

Existe la idea de una esfera pública. Sobre lo que Habermas escribió fue más amplio y profundo que una opinión pública. Habermas hablaba de una esfera pública, que quizás sea la mejor traducción al inglés. Habló de la esfera pública burguesa que se desarrolló en el transcurso de los siglos XVIII y XIX en Europa. Pero también existe una esfera pública radical, socialista y revolucionaria. Y lo vemos muy claramente en los movimientos sociales contemporáneos. Movimientos de debate abierto y de participación de masas en la toma de decisiones.

Pero el dilema es que el Estado no puede ser gobernado a través de continuas reuniones de masas. Tiene que haber liderazgo, tiene que haber competencia, tiene que haber toma de decisiones estratégicas vinculantes. Pero para mantener la dirección transformadora, es crucial que las fuerzas del movimiento que fueron las que crearon la posibilidad del cambio social en primer lugar, no sean marginadas o deslegitimadas, como usted dice que lo fueron algunas corrientes críticas en Venezuela, ni reprimidas.

La estructura mediática que hay que desarrollar tiene que incluir un servicio público autónomo de televisión y radio que no esté dirigido por un Ministerio de Información gubernamental. Y hay que tener libertad para los medios de comunicación no corporativos, incluidos los opositores. Estoy convencido de que la democracia socialista es ciertamente posible y debería ser el objetivo de todos los socialistas.

Creo que ahora, en las últimas décadas, hemos visto que los movimientos radicales de nuestro tiempo no han sido partidos bolcheviques disciplinados o movimientos guerrilleros, sino movimientos de masas con democracia de masas. Ese es realmente el tipo de esfera pública que puede sostener un proceso de transformación social.

GB: A menudo, desde la izquierda, tendemos a hablar del Estado como algo opuesto al mercado e incluso al capital. Leyendo su obra, queda claro que el Estado tiene su propia lógica, es una organización formal, y es la expresión de las relaciones de dominación en una sociedad. ¿Cuándo dejó la izquierda de hablar de Estado socialista, es decir, de un tipo de Estado diferente al capitalista, y empezó a hablar de «Estado social»? Para mí, eso desdibuja la propia naturaleza del Estado burgués y está confundiendo todo el escenario en el que tenemos que actuar…

GT: Bueno, la expresión «Estado social» se remonta al siglo XIX y a los conservadores sociales alemanes y formaba parte de un discurso en los círculos académicos, una corriente que quería combinar las políticas sociales, es decir, el seguro social, la seguridad laboral y la vivienda de la clase trabajadora, por ejemplo, con la base del Estado alemán existente. Ese era un tipo de concepción alemana muy particular, que se extendió políticamente después de la Segunda Guerra Mundial, junto con la noción de «Estado del Bienestar,» que es una invención británica durante la Segunda Guerra Mundial y que inicialmente se entendía como lo contrario del Estado de Guerra nazi.

Ahora bien, la cuestión general del Estado y el Mercado también tiene que ver con una idea del Estado, como ha indicado. Debemos recordar que, en un momento dado, el Estado es una condensación de las relaciones de poder social. Y, en la historia moderna, la clase obrera, el movimiento obrero, el movimiento feminista y otros movimientos sociales se han hecho lo suficientemente fuertes como para tener un impacto en muchos estados capitalistas. Por ejemplo, desde aproximadamente 1970, la mayor parte del gasto del Estado en los países capitalistas desarrollados se destina a la Educación, la Sanidad, las pensiones y otros derechos sociales, y esta mutación de los Estados, que siguen comprometidos con la reproducción del capitalismo, pero la mutación de los Estados capitalistas puede muy bien calificarse de «Estado social». No soy particularmente hostil a ello, y tenemos que reconocer la posibilidad de que las regulaciones y los gastos del Estado puedan tener un efecto en el mercado laboral capitalista y en la situación de los ciudadanos y las clases en la sociedad capitalista.

En esta contraposición de Estado y Mercado, el mercado suele ser en realidad un eufemismo para el capitalismo y las relaciones capitalistas. Pero nosotros, como analistas críticos, tenemos que ser conscientes de que el Estado, incluso el capitalista, no es inmutable. Lo que estamos viviendo ahora, por ejemplo, a través de la pandemia, es el fin de la hegemonía neoliberal, porque los poderes existentes se dan cuenta de que los mercados por sí solos y los capitalistas por sí solos no pueden hacer frente a grandes crisis como éstas, como la pandemia y la crisis climática. Así pues, en Estados Unidos, por ejemplo, que es en realidad la vanguardia de esta mutación, se ha dado un apoyo público, un gasto público destinado no sólo a las empresas, sino también a los ciudadanos de a pie, que han recibido un cheque por correo de 600 dólares y más tarde de 1.200 dólares. En total, este tipo de gasto público del Estado estadounidense ascendió a una cuarta parte del PIB de Estados Unidos, y eso significa una nueva relación entre el Estado y el capitalismo. Teniendo en cuenta que el Estado existente en los países capitalistas es siempre un Estado capitalista, puede adoptar varias formas, y puede ser más o menos reaccionario y cruel, y este final de la variante particularmente cruel del capitalismo que ha dado en llamarse neoliberalismo es una mutación interesante.

GB: Aún así, me pregunto mientras le escucho, dónde está la clave… porque si el fin del neoliberalismo es la vuelta a Keynes en un sentido, las teorías del keynesianismo o neo-keynesianismo parecen estar de moda también para los funcionarios del Banco Mundial y del Fondo Monetario Mundial. Pero eso no significa que el capitalismo no sea una fábrica de desigualdades y una fábrica de pobreza si miramos el mundo en su conjunto.

GT: Sí, por supuesto

GB: Entonces, si todavía se quiere transformar el Estado capitalista en un Estado socialista, o como queramos llamarlo, en otro tipo de Estado que distribuya la riqueza y no cree desigualdad y pobreza, ¿qué hay que cambiar? No se trata sólo del gasto social, la educación y la sanidad. En su libro -y se me olvidó preguntarle antes- usted analizó las diferencias entre el Estado soviético, los Estados capitalistas y los Estados feudales de la Edad Media. En el caso de la revolución soviética, fueron bastante lejos en cuanto a cambiar la composición de los funcionarios, por ejemplo, la extracción de clase de los funcionarios del Estado o de los empleados públicos. Eso es sólo un ejemplo. Lo que quiero preguntarle realmente es: aparte del gasto social, aparte del Estado del bienestar -en diferentes grados, porque el grado del estado del bienestar que hemos podido disfrutar no es el mismo en el norte de Europa o en el sur- ¿Qué hay que cambiar para pasar del Estado capitalista a otra cosa?

GT: Sí, no, no. Como dije, sigue siendo un Estado capitalista, que está comprometido con el mantenimiento y la reproducción del capitalismo. Eso está claro. Pero tenemos que darnos cuenta de que el Estado burgués de hoy en día no es igual que, por ejemplo, el Estado burgués del siglo XIX, cuando los derechos sociales, la educación y la sanidad pública casi no preocupaban al Estado. Y la razón del cambio es, por supuesto, que la clase trabajadora y el movimiento obrero son ahora mucho más fuertes que en el siglo XIX. Pero seguimos enfrentándonos al capitalismo.

GB: ¿Puedo volver a esa pregunta y preguntarle cuáles son -si es que hay alguna- las lecciones que hay que extraer de la revolución soviética del siglo pasado? ¿Hasta dónde fueron capaces de llegar en la transición del Estado capitalista a algo diferente?

GT: La principal lección que hay que aprender de la revolución rusa es la necesidad de mantener la democracia revolucionaria y de mantener abiertos los canales y movimientos democráticos. Porque si empiezas a marginar, a descartar y, finalmente, a reprimir, cortas tus raíces con el pueblo, lo que ocurrió con el Estado soviético. Esa, creo, es la principal lección. Lenin tenía razón al llamar la atención sobre el hecho de que una transformación socialista implica una transformación del Estado, pero una parte de ese cambio del Estado es la centralidad de la democracia revolucionaria que finalmente fracasó en la Unión Soviética. Eso tuvo mucho que ver con la guerra civil y otra cantidad de factores en los que no pretendemos entrar aquí, pero hay un dilema en el proceso revolucionario, del que todos deberíamos ser conscientes.

Cuando Lenin argumentaba sobre la necesidad de cambiar el estado burgués existente, solía referirse a la Comuna de París, que era un buen ejemplo. Pero las lecciones de la Comuna de París son un poco complejas. La Comuna de París fue una forma de gobierno de un movimiento social. No era un Estado de partidos y tampoco era un Estado parlamentario. Era una forma de gobierno, una unidad política, impulsada por un movimiento social revolucionario. Eso le daba sus características. Por otro lado, no sobrevivió, y para que hubiera sobrevivido, habría tenido que mutar, tropezando con su carácter de masa como movimiento revolucionario. Así que ese es un dilema y una de las dificultades cruciales del proceso revolucionario.

GB: Otra cosa o diferencia que usted menciona en su libro de 1978, cuando se refiere a las características del Estado soviético, es la diferencia entre un tecnócrata y un cuadro. ¿Sigue siendo relevante formar cuadros para sustituir a los tecnócratas en el Estado? ¿Cambiaría eso la calidad de la naturaleza del Estado?

GT: Sí, creo que sí. Es decir, hay problemas con la administración de cuadros. Pero para mantener el carácter transformador del Estado, hay que tener un liderazgo político, y eso es lo que es un cuadro: un líder político, a diferentes niveles. Así que, sí, creo que eso sigue siendo válido. Pero es, de nuevo, un dilema, porque el Estado contemporáneo, el gobierno contemporáneo, es una máquina muy complicada, y necesitas tener competencia técnica para dirigirla. Los talibanes se están empezando a percatar de ello en el Afganistán actual. Así que, de nuevo, tenemos que ver esto como un dilema inevitable en un proceso revolucionario. Pero un cambio radical, una revolución social, una revolución emancipadora no puede ser realizada por tecnócratas. Tiene que hacerse por el propio pueblo y por los cuadros de los movimientos sociales, los activistas de los movimientos sociales.

GB: Vamos a la última pregunta, si le parece. Me interesa mucho saber qué reflexiones le gustaría hacer al hilo de esta lección de ciencia política que Pablo Iglesias impartió hace poco, en septiembre, en el centenario del Partido Comunista de España.

“La primera versión, la versión más pura del marxismo decía que el Estado es un conjunto de dispositivos administrativos de la clase económicamente dominante para ser también la clase políticamente dominante. Esto tiene una parte de verdad. Pero no es menos cierto que el Estado también es un terreno de combate y de expresión de la propia lucha de clases. El Estado y el Derecho. ¿Qué es el Derecho del Trabajo, sino la expresión de una correlación de fuerzas entre trabajadores y empresarios, la expresión jurídica de la lucha de clases? ¿No es el Estado el último recurso del que disponen aquellos que no tienen propiedades o recursos suficientes para pagarse sus propios médicos, su propia educación o sus propios servicios públicos? El Estado también es una expresión de cómo cristalizan las luchas populares en la arquitectura institucional que da sentido al orden jurídico de un país, e incluso al orden jurídico internacional. Y la diferencia comunista, lo que diferencia a la tradición comunista del resto de tradiciones derivadas de las experiencias políticas del movimiento obrero, es una voluntad de Estado inequívoca. Inequívoca. Y eso es también lo que hace entender lo que significa el anticomunismo. En España los comunistas maduran también. Los comunistas que el 14 de abril de 1931 dicen: “¡Abajo la república burguesa!”, a partir de 1936 se convierten en el gran Partido de Estado, dispuesto a construir el Estado republicano como única vía para parar a la reacción y a los fascistas y para asegurar que en España pudiera haber democracia. Y eso no es una particularidad de España. Que el Partido Comunista de España fuera el partido más temido por los enemigos de la democracia no tenía que ver con sus ideas, ni con su proyecto de sociedad socialista, que podía compartir a grandes rasgos con los socialistas o con los anarquistas. Tenía que ver con su voluntad de Estado, con su conciencia de que era necesario tener un ejército popular profesional, con su conciencia de que era necesario tener administraciones eficaces, con su conciencia de que era necesario tener una policía eficaz y una política exterior pragmática. Voluntad de Estado. La capacidad de demostrar que el Estado no es un terreno que solamente puedan manejar los representantes de la clase política burguesa”

(Intervención de Pablo Iglesias en la mesa redonda “Gobernar o tener el poder”, celebrada el 25 de septiembre de 2021 en el marco de la Fiesta del Centenario del PCE).

GT: Bueno, en mi opinión, Pablo Iglesias ha sido un activo popular progresista en la política española. Pero la cita suya que usted da me parece muy extraña. Es decir, que “la voluntad de Estado sea la diferencia específica de la tradición comunista”, creo que eso es históricamente falso. La voluntad de Estado fue la idea característica de los conservadores sociales alemanes del siglo XIX, y también de una corriente particular del primer movimiento obrero en Alemania, liderada por Ferdinand Lassalle, que pensaba que el cambio social debía venir en una especie de alianza entre el movimiento obrero y el Estado prusiano. Marx y los marxistas alemanes combatieron y derrotaron a esa corriente argumentando siempre que la emancipación de la clase obrera sólo puede ser tarea y trabajo de la propia clase obrera, y no a través de ningún tipo de alianza con los estados o regímenes existentes.

Es cierto que hay otra división sobre el Estado en la historia del movimiento obrero, por supuesto, significativa en España con su fuerte historia anarcosindicalista. La tradición anarquista es antiestatal, hasta el punto de querer eliminar el Estado por completo. En contraste con la tradición marxista, tanto reformista como revolucionaria, que siempre ha sostenido al Estado como una institución necesaria para la transformación social.

Y dentro de los marxistas, lo que diferencia a la tradición comunista, es el énfasis en la necesidad de crear un nuevo tipo de Estado para una transformación socialista de la sociedad. Eso es lo que hizo Lenin con su trabajo sobre la Comuna de París. Así que, asumiendo que usted ha citado correctamente a Pablo Iglesias, me parece una formulación muy extraña, que “la especificidad de la tradición comunista dentro del movimiento obrero sea el estatismo”. Es, más bien, el compromiso con una transformación radical del Estado.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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El Delito


Un delito es un comportamiento que, ya sea por propia voluntad o por imprudencia, resulta contrario a lo establecido por la ley. El delito, por lo tanto, implica una violación de las normas vigentes, lo que hace que merezca un castigo o pena.




Más allá de las leyes, se conoce como delito a toda aquella acción que resulta condenable desde un punto de vista ético o moral. Por ejemplo: “Gastar tanto dinero en unos zapatos es un delito”, “Mi abuela me enseñó que arrojar comida a la basura es un delito”.


En el sentido judicial, es posible distinguir entre un delito civil (la acción que se desarrolla intencionalmente para dañar a un tercero) y un delito penal (que además se encuentra tipificado y castigado por la ley penal).

Existe una clasificación bastante amplia de los distintos tipos de delito. Un delito doloso es aquel que se comete con conciencia, es decir, el autor quiso hacer lo que hizo. En este sentido, se contrapone al delito culposo, donde la falta se produce a partir de no cumplir ni respetar la obligación de cuidado. Un asesinato es un delito doloso; en cambio, un accidente donde muere una persona es un delito culposo.

Un delito por comisión, por su parte, se produce a partir del comportamiento del autor, mientras que un delito por omisión es fruto de una abstención. Los delitos por omisión se dividen en delitos por omisión propia (fijados por el código penal) y delitos por omisión impropia (no se encuentran recogidos en el código penal).

La piratería

Las denominadas copias piratas ciertamente no nacieron con Internet; el efecto que éste tuvo en la distribución ilegal de obras fue mucho peor que un simple crecimiento del porcentaje de robos: logró convencer a la gente de que acceder a contenido protegido sin pagar por él no representaba un delito.

Resulta imposible viajar en el tiempo cincuenta años atrás y hablar con personas de perfiles similares a quienes hoy sin ningún problema descargan películas en forma ilegal para conocer su opinión acerca de este fenómeno. -Disculpe, señora, ¿cree que es correcto obtener la música de Barbra Streisand sin pagar por ella? ¿Le parece correcto o de una moral respetable colarse en el cine sin abonar la entrada?- Seguramente, un gran porcentaje de gente con vidas equivalentes a los actuales neopiratas responderían que se trata de una actitud repudiable.


Un caso particular es el que se da con la cultura japonesa, la cual es muy apreciada en todo el mundo. Muchísimos amantes del anime que no cuentan con un conocimiento del idioma oriental suficiente como para disfrutar de las versiones originales, ansían que las series sean subtituladas para no verse forzados a escuchar los doblajes, ya que éstos le quitan la magia a la obra. Sin embargo, gran parte de este bagaje cultural ni siquiera se distribuye fuera de Japón.

¿Es legal entonces que alguien se tome el trabajo de subtitular una serie animada hecha por otras personas y la distribuya gratuitamente? Habrá quienes digan que lo utilizan como material de estudio y que no lo consideran injusto. Pero, nos guste o no, existen leyes que protegen la propiedad intelectual, y seguramente podría buscarse un camino más civilizado para conseguir que los creadores exportaran sus obras al resto del mundo. Seguramente ayudaría a convencerlos del éxito que tendría esta actividad fuera de su país si las burlas a las personas orientales no fueran parte de más de una cultura occidental.

Sin duda, la reciente caída de Megaupload, el más conocido distribuidor de copias ilegales de películas y música, ha repercutido considerablemente en los distintos mercados. Esto sumado a que muchos sitios similares desaparecieron poco después y al surgimiento y proliferación de servicios como Spotify y Netflix, puede representar el comienzo de un cambio positivo.




El Pulpo



Un pulpo es un animal acuático invertebrado, que forma parte del filo de los moluscos. Dispone de un cuerpo blando, sin concha que lo proteja, y tiene ocho tentáculos. Por esta característica, los pulpos también se conocen como octópodos.




Estos tentáculos poseen ventosas que son adherentes. Los pulpos también tienen tres corazones: un par de ellos se encargan de llevar sangre hacia las branquias, mientras que el restante promueve la circulación a las otras regiones corporales.


Otras características importantes dentro del organismo del pulpo son la presencia de una especie de sifón que le permite expulsar agua para avanzar y de una reserva de tinta que el animal emplea para huir de los depredadores.

Los pulpos son carnívoros y suelen cazar por las noches. Organismos bivalvos, crustáceos de tamaño reducido y ciertos peces forman parte de la dieta de este animal. A su vez, el pulpo puede ser atacado por peces grandes como el mero o el congrio. Para protegerse, suele pasar gran parte del día escondido entre rocas o en cuevas, e incluso apela al camuflaje.

La carne de pulpo es muy apreciada en diversos países. Aporta selenio, potasio, fósforo, hierro y vitamina B, entre otros nutrientes. Un factor negativo desde el punto de vista nutricional, el pulpo tiene una elevada cantidad de sodio y colesterol.

Cabe destacar que el pulpo es un animal de gran inteligencia, que evidencia buena memoria y facultades para solucionar los problemas que se le aparecen en el camino. También tiene la capacidad de imitar el comportamiento de otros animales.

El aspecto del pulpo ha sido motivo suficiente para convertirlo en el antagonista de más de una historia de terror, tanto en su forma original como en versiones propias de la fantasía. Sin embargo, sus enormes ojos, sus ocho tentáculos y su gran cabeza no son la principal razón por la cual se destaca este ser vivo, sino que su rasgo más admirable es la habilidad con la que engaña a sus enemigos y escapa de ellos.

El pulpo posee varias tácticas muy eficaces para salvar su vida cuando es atacado por sus predadores, ya sea evitando el encuentro o frustrando los intentos de los otros. Su técnica más destacable consiste en esconderse sin salir de la escena, frente a los ojos del enemigo; gracias a la red de músculos especializados y células pigmentarias de su piel, es capaz de mimetizarse de forma casi instantánea con su entorno, acoplándose a las formas e imitando los colores y las texturas de los elementos que lo rodean.


Según se tiene registro, parece que depredadores tales como las anguilas, los delfines y los tiburones pueden ignorar por completo la presencia de un pulpo mimetizado con su entorno, incluso si pasan nadando junto a él. Pero la suerte no siempre está de su lado; cuando lo descubren, su as bajo la manga es su característica tinta, la cual sirve para impedir que lo vean con claridad y disminuir la capacidad olfativa de sus atacantes, de manera que también les resulte difícil seguirle el rastro.

Como si todo esto fuera poco, el pulpo es capaz de nadar a gran velocidad, ya que puede propulsarse a través de la expulsión de agua por medio de su manto. Además, dado que su cuerpo es muy flexible, puede entrar por hendiduras y grietas de poco tamaño, burlando casi de forma infalible a sus robustos predadores. Cuando lo atrapan por uno de sus tentáculos, puede desprenderse de él y regenerarlo pasado un tiempo, sin que esto le produzca trastornos irreversibles.

El pulpo suele alimentarse de moluscos, langostas y cangrejos. Posee poderosas mandíbulas y una saliva venenosa que le permite dejar inmóviles a sus presas.

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sábado, 11 de diciembre de 2021

¿Puede crear arte la inteligencia artificial?



Un software ha completado la décima sinfonía de Beethoven, y varias herramientas informáticas permiten pintar cuadros de forma automatizada.


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Ángel Jiménez de Luis


Ludwig van Beethoven murió en el año 1827 y dejó un impresionante legado musical. Durante su no muy larga vida compuso 722 piezas de extensión y carácter muy variados, que incluyen más de 35 sonatas, 16 obras para cuartetos de cuerda, numerosos conciertos para diversos instrumentos, misas, cantatas, una ópera (Fidelio)...

Pero, sin duda, sus obras más famosas son las nueve sinfonías que creó entre 1799 y 1824. Poco después de que muriera el genio, su amigo y secretario personal en sus últimos años, el violinista austriaco Karl Holz, desveló que el artista nacido en Bonn en 1770 llevaba un tiempo trabajando en la que iba a ser su décima sinfonía (por encargo de la Royal Philharmonic Society de Londres), y que incluso había llegado a tocarle al piano algunos de los primeros movimientos.


Desafortunadamente, de esa obra inacabada solo han quedado fragmentos en los cuadernos de notas del compositor, y algunas referencias sueltas en su correspondencia. En 1988, el musicólogo y compositor británico Barry Cooper intentó reconstruir la sinfonía a partir de esos esbozos, inspirándose en las otras composiciones del artista, pero hay consenso entre los críticos y expertos: probablemente, la gran composición que estaba preparando el músico alemán habría sonado de manera muy diferente a esta meritoria recreación.

El pasado 9 de octubre, sin embargo, el mundo pudo escuchar una Décima sinfonía alternativa. Al igual que la de Cooper, se ha creado a partir de los fragmentos y descripciones que Beethoven dejó, pero la diferencia es que en este caso, la obra ha sido completada gracias a una inteligencia artificial (IA).

La empresa estadounidense Playform AI inventó un sistema de aprendizaje automático –una rama de la inteligencia artificial que desarrolla técnicas para que las computadoras aprendan–, que tomó como referencia el estilo de las 722 piezas compuestas por el artista alemán. Con tal base, esta IA compuso una obra que encaja con la progresión natural del resto de las composiciones beethovianas. Escrito así parece casi tan sencillo como apretar un botón. En realidad, para llegar a esta nueva versión ha sido necesario el trabajo de un gran equipo de músicos, académicos e ingenieros informáticos, encabezado por Matthias Röder, director del Instituto Karajan ubicado en Salzburgo (Austria).

El mayor problema al que se enfrentaron fue que el material que dejó Beethoven era, además de escaso, inconexo. Las mejores rutinas de IA son capaces de hacer un trabajo decente cuando se trata de reconocer patrones y continuarlos. En música, esto quiere decir que si le das a una IA una canción casi terminada, puede averiguar cómo serán los segundos finales con bastante exactitud. Crear algo más grande de la nada es un desafío de mayor magnitud, y no puede considerarse solo el resultado de aplicar algoritmos de inteligencia artificial. Durante todo el proceso, el equipo humano ha tomado decisiones sobre las piezas que podrían encajar y las que no.

Indiscutiblemente, el resultado suena a Beethoven. Para probarlo, los ingenieros responsables del proyecto idearon una versión a la inversa del test de Turing, la famosa prueba que sirve para saber si un software puede dar respuestas indistinguibles de las de un ser humano. Ante varios músicos, críticos musicales y académicos versados en la obra de Beethoven, interpretaron unos cuantos fragmentos de la décima y les desafiaron a identificar dónde terminaban las notas que aquel dejó escritas y dónde comenzaban las que la inteligencia había extrapolado. No pudieron hacerlo.

En los dieciocho meses que ha durado el trabajo, el equipo ha sido capaz de orquestar dos movimientos de 20 minutos cada uno. Al igual que la interpretación de Cooper, es probable que esta décima sinfonía no fuera exactamente la que sonaba en la cabeza del creador de Fidelio, pero podemos utilizarla como punto de partida de un debate ya conocido, pero que se está complicando: ¿puede crear obras de arte una inteligencia artificial? La pregunta se ha planteado en varias ocasiones, pero cada vez en contextos menos académicos y más prácticos. En 2018, por ejemplo, el colectivo artístico parisino Obvious puso a la venta a través de la casa de subastas Christie’s varias obras creadas a partir de rutinas de aprendizaje automático.

Parte de la dificultad de contestar esta cuestión estriba en que la definición de arte es compleja incluso para los propios seres humanos, que diferimos sobre lo que es exactamente. De entrada, podríamos descartar que una IA sea capaz de inventar obras artísticas, porque en su proceso creativo no hay un componente emocional, en teoría uno de los rasgos distintivos del arte.

Pero eso no quiere decir que las producciones de una inteligencia artificial no puedan tener un toque artístico o imaginativo. Los científicos aún están estudiando cómo funciona en el cerebro humano la creatividad, pero hay algunos rasgos conocidos de esta que se incluyen en las rutinas de aprendizaje automático. Sabemos, por ejemplo, que la creatividad depende hasta cierto punto de las experiencias previas. Creamos siempre bajo la influencia de invenciones y obras anteriores, de forma muy parecida a como un algoritmo de aprendizaje automático construye los modelos por los que se guía para crear.

Y surge otra cuestión: en el caso de que el trabajo de una inteligencia artificial pueda ser considerado arte, ¿el reconocimiento no debería recaer sobre las personas que la programaron? Tiene lógica, pero hay quienes defienden que, entonces, se debería tener la misma consideración –al menos hasta cierto punto– con los profesores que han enseñado a los artistas a pintar.

Lo que está claro es que la inteligencia artificial carece de dos elementos fundamentales en este asunto: la voluntad y el libre albedrío. Ningún programa decide por sí mismo que quiere pintar un cuadro o acabar una sinfonía. Lo hace por orden de un humano y porque ha sido diseñado para ello. Es la razón por la que el equipo que ha trabajado en la Décima sinfonía de Beethoven considera que el papel de una IA en el mundo del arte es el de una herramienta, como un pincel o un violín, solo que mucho más avanzado.

sábado, 20 de noviembre de 2021

6 datos poco conocidos del orgasmo

 SALA DE LECTURA VIRTUAL




Las investigaciones muestran que las mujeres tienen más posibilidades de disfrutar los orgasmos a medida que envejecen, según Debby Herbenick, un científico de la Universidad de Indiana (EEUU). En un análisis a 3.990 adultos de entre 18 y 59 años, se determinó que el 70% de las mujeres de entre 40 y 50 años alcanzaron el clímax en sus encuentros sexuales, superando a los veinteañeros. Si bien el estudio no ahonda en las causas, lo más probable es que las mujeres mayores se sientan más cómodas con sus cuerpos, sus parejas y sus propios deseos. Asimismo, es posible que hayan tenido la suficiente experiencia para saber lo que buscan en una relación sexual.

¿Sabías que los orgasmos femeninos intensos implican de 8 a 12 contracciones vaginales y duran entre 4 y 9,6 segundos, según una investigación realizada por el famoso centro de estudios de sexualidad Masters and Johnson? Probablemente no. Para aclarar más dudas en torno a este tema, el sitio web Oprah.com publicó un artículo con algunos datos curiosos sobre el orgasmo proporcionados por expertos.


Pon atención a algunos de los más interesantes


1. Son más difíciles de alcanzar de lo que se piensa
Si bien no hay consenso entre la comunidad médica en torno a cuál es el porcentaje de mujeres que regularmente alcanza el clímax, la cifra más aceptada señala que cerca de un tercio de las chicas no pueden tener un orgasmo, de ninguna manera. Así lo expresa Cindy M. Meston, doctora en psicología y presidenta del comité de orgasmo de la Organización Mundial de la Salud, en 2005.
Es más, otras investigaciones determinan que la anatomía juega un papel importante, pues algunas mujeres tienen orgasmos en forma innata, mientras otras deben trabajar para conseguirlo. De hecho, un estudio publicado el año pasado en la revista Hormones and Behavior confirmó que mientras menos sea la distancia entre el clítoris de la mujer y la vagina -menos de 2,5 centímetros es la ideal, según el sondeo-, más fácil es que la mujer llegue al clímax.


2. Puedes tener un orgasmo dónde y cuándo menos lo esperas
Algunas mujeres experimentan orgasmos en situaciones no convencionales, como al hacer ejercicio, mientras duermen o en el parto. De acuerdo al sitio web Oprah.com, esto no se relaciona con fantasías sexuales inconscientes, sino que más bien tienen relación con reacciones espontáneas o aumento de flujo sanguíneo a los genitales, combinado con alguna vibración o contacto con el clítoris. Por ejemplo algunas mujeres experimentan orgasmos durante el parto, al haber una oleada de hormonas que inducen al éxtasis como la prolactina, oxitocina y las endorfinas.
En otro caso, un estudio de la Universidad de Indiana reveló que alrededor de una cuarta parte de las 530 mujeres analizadas llegaban al clímax mientras hacían abdominales, andaban en bicicleta o levantaban pesas.
3. Unos te noquean, otros te relajan...

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viernes, 19 de noviembre de 2021

Frei Betto: Si la clase media despertara

 


Si la clase media despertara

Por Frei Betto*

A partir del 2016 el 1 % de la población mundial, que alcanza hoy en día 7,200 millones de personas, tendrá una fortuna superior a los ingresos del 99 % de esa población. La riqueza mundial alcanzó en el 2013 USD los 241 mil billones. 

Eso significa que 72 millones de personas tendrán en sus manos el 46 % de dicha fortuna, estimada en USD 110 mil billones. Y la gran mayoría de la población mundial, o sea 7,128 millones de gentes, tendrá que sobrevivir con los USD 131 mil billones restantes.

Mire qué injusto es este mundo: si toda la riqueza de la humanidad fuera dividida por igual entre los 7,200 millones de personas, cada uno de nosotros tendría un patrimonio de USD 33,472. Todos tendrían lo suficiente para vivir con dignidad y, por tanto, no habría hambre, criminalidad, migraciones, mendigos, favelas, mortalidad infantil y quizás hasta ni guerras. Viviríamos en un mundo de prosperidad y paz.

Como el reparto del 54% de la riqueza mundial entre el 99% de la humanidad tampoco es equitativo, se reproduce la desigualdad. Los que tienen lo suficiente para vivir ni desean cuestionar a los que integran el selecto grupo del 1 % más rico; prefieren pensar que forman parte de ese contingente microscópico.
La gran lucha política e ideológica que la humanidad debe emprender hoy en día es la de convencer a los sectores que consiguen sobrevivir con dignidad a unirse a los que no lo consiguen.

En el Brasil la renta familiar se triplicó entre el 2000 y 2014. Gracias al gobierno del PT pasó de USD 7,900 a USD 23,400 por año. Sin embargo creció la desigualdad. En la lista del 1% de los más ricos del mundo hay 296 mil brasileños.

Es común ver a la clase media, que sobrevive con dignidad, hablar contra la distribución de la renta, porque cree que acarrea pérdida de sus recursos. No se da cuenta de que con esta postura, en vez de ayudarse a sí misma, favorece al 1% que se apropia de la riqueza mundial.

La gran lucha política e ideológica que la humanidad debe emprender hoy en día es la de convencer a los sectores que consiguen sobrevivir con dignidad a unirse a los que no lo consiguen, para combatir a ese 1% que detenta una cantidad de recursos que, si fueran mejor distribuidos, harían del mundo un lugar mucho mejor.

¿Cómo convencer a los sectores de renta media que sus enemigos no son los 110 mil billones? No es fácil. El 1% controla los gobiernos, las comunicaciones, las iglesias y hasta la enseñanza escolar, de tal modo que diseña el pensamiento del 99 % desde la infancia.

La miseria es humillante. Causa revoluciones, estimula la criminalidad, provoca migraciones, favorece el trabajo esclavo, disgrega a las familias y lleva a unas personas a optar por la violencia para conseguir lo que no puede ser obtenido con el trabajo, pues las condiciones para alcanzar buenos cargos en el
mercado son absurdamente desiguales. 

Betto, Frei
Escritor brasileño y fraile dominico, conocido internacionalmente como teólogo de la liberación, Frei Betto es autor de 60 libros de diversos géneros literarios –novela, ensayo, policíaco, memorias, textos infantiles y juveniles y de tema religioso. En dos ocasiones, 1985 y 2005, mereció el premio Jabuti, el reconocimiento literario más importante del país. En 1986 fue elegido Intelectual del Año por la Unión Brasileña de Escritores.
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Leon Trotsky

 Leon Trotsky


León Trotsky fue una brillante figura revolucionaria y su actuación en los dos grandes movimientos revolucionarios rusos que condujeron a la creación de la primera república socialista de la historia no puede ser desconocida por ningún luchador honesto. De hecho, fue el jefe del levantamiento de San Petersburgo, (…) Trotsky fue también el alma de la organización de los soviets de trabajadores campesinos y soldados de 1917, así como el fundador y jefe durante varios años del Ejército Rojo. Trotsky era un hombre de acción y al mismo tiempo un gran agitador, un orador brillante y un escritor de alta calidad. Y sin embargo, a pesar de tener todas esas condiciones, y a pesar de que su papel en la revolución rusa desde el año 1905 y especialmente en al año 1917 fue más destacado, especialmente a los ojos de los observadores de los acontecimientos, que el que tuvo Lenin, fue Lenin y no Trotsky quien dirigió la revolución rusa y fue Lenin, menos brillante que Trotsky, quien encabezo el gobierno revolucionario en el cual Trotsky jugo papales de primerísima categoría.

¿Qué es lo que explica que teniendo tanta personalidad, siendo tan brillante y al mismo tiempo un hombre de acción excepcional y un intelectual de condiciones tan poco comunes, fuera Lenin y no él el jefe verdadero de la revolución? Lo explica el hecho de que a ese hombre extraordinario le faltaba la capacidad para comprender los secretos de la revolución desde el punto de vista teórico; y de esa falta de capacidad para conocer a fondo y en detalle la teoría revolucionaria salió su tesis de la revolución permanente, que ha fracasado en todas partes (…) porque no se ajusta a la realidad de los hechos históricos, y es de esa realidad de los hechos históricos, convertida en resumen, en esencia, en jugo del pensamiento revolucionario, de donde tiene que salir la teoría revolucionaria.

(…) el atractivo de su personalidad (Trotsky) ha sido tan grande que los que admiran su vida por lo que hizo siguen sus ideas sin analizarlas y, naturalmente, fracasan porque las ideas de Trotsky no tienen la base teórica que les hace falta a las ideas políticas para ajustarse a la realidad.

¿Y por qué es falsa la idea de la revolución permanente?

Porque la historia enseña que el desarrollo de los pueblos es desigual, no se produce ni al mismo tiempo ni en la misma forma, y es mucho más desigual en la etapa del capitalismo que en todas las demás. Y no siendo igual ni produciéndose al mismo tiempo, el desarrollo histórico, del cual la revolución es solamente una manifestación, no puede conducir a pueblos diferentes a la revolución en un mismo tiempo histórico. La revolución se va dando de país en país según sean las condiciones en que ese país se haya desarrollado en lo económico, en lo social, en lo político; y si todos los países no se desarrollan al mismo tiempo ni en la misma forma, es imposible que la revolución se de en todos a la vez y por las mismas razones.

Así, cuando león Trotsky produjo su tesis de la revolución permanente cayó en un error teórico gravísimo, y en errores de ese tipo no se cae, tratándose de un revolucionario de tanta importancia como era su caso, si no se parte de una base: la de la escasa o incompleta preparación teórica de su autor.
Ahora bien, ¿Dónde podemos hallar la explicación de esa incompleta preparación teórica en un revolucionario de la talla de León Trotsky? En que actuaba mucho pero no pensaba mucho o no dedicaba el tiempo necesario a leer a los teóricos de la revolución; y no solo a leerlos sino a analizarlos, a meditar en lo que ellos habían dicho, a buscarles el derecho y al revés de sus ideas.
 El que sí hizo eso fue Lenin, razón por la cual no cometió los errores teóricos que cometió Trotsky, cuyas cualidades excepcionales en todos los demás campos Lenin fue el primero en reconocer.

Juan Bosch

Vanguardia del pueblo,añoII,No.30 Santo Domingo,15-30 de octubre de 1975.

lunes, 15 de noviembre de 2021

De Lilís a Trujillo



Desde la Ocupación Norteamericana hasta el Desarrollo Dominicano



Con su vasta investigación publicada en el libro De Lilís a Trujillo el escritor dominicano Luis F. Mejía desentraña los orígenes económicos, políticos, sociales históricos y geopolíticos de una época que aún incide en el comportamiento de todo lo que constituye como nación lo que hoy es la República Dominicana.

Muchos trabajos se publicaron en la primera mitad del siglo XX con la misma temática, pero pocos tienen la precisión de datos oficiales, con el valor fenomenológico de las vivencias personales por ser el autor testigo y actor de los acontecimientos acaecidos con la ocupación y de otros que se produjeron posteriormente.

Con la intervención militar norteamericana del 1916 comienza, gústenos o no, el modernismo en la República Dominicana. Desde las carreteras principales que comunican todas las regiones del país con la ciudad Capital, Santo Domingo, Duarte, hacia el Norte; Sánchez, al Sur y Mella al Este, hasta los cuerpos represivos y de orden público, el cobro efectivo de los impuestos y el establecimiento por orden ejecutiva de las instituciones sin fines de lucro fueron iniciativas de ese gobierno, sin lugar a dudas vergonzante para la dignidad nacional.


Largo y doloroso ha sido el camino hacia el desarrollo de la República Dominicana desde la intervención militar norteamericana de 1916, por lo que creemos oportuno, desde las páginas de un medio con la calidad de Vanguardia del Pueblo Digital, pasar balance sobre lo que ha sido de nuestra nación desde esa época, precisamente cuando nos encontramos a dos años de que se cumpla un siglo de esa desgracia histórica.

Antecedentes políticos y económicos de la Intervención

El siglo XIX le entregó, como se dice ahora, la pista encendida al XX, período que transformaría a la Humanidad en los órdenes geopolíticos, científicos, comunicacionales, demográficos y en todos los que tienen que ver con los estilos de vida, pasando de la revolución industrial que venía de centurias anteriores hasta la tecnológica, que eliminó distancia y procesos productivos, creando nuevas concepciones del mundo.


Un 26 de julio de 1999, un grupo de jóvenes mocanos encabezados por Horacio Vásquez y Ramón Cáceres, asistidos por Jacobito de Lara, le dieron muerte a tiros al Presidente Ulises Hereaux (Lilís), mientras visitaba en Moca al padre del tercero de quien era compadre y amigo entrañable.

Con el magnicidio del 26 de julio se puso fin a un gobierno dictatorial de veinte años, que aunque obtuvo conquistas que encaminaban el país desde la premodernidad a la modernidad, era al mismo tiempo un desastre económico, sumado a la privación absoluta de las libertades públicas, comprando o fusilando al opositor, dependiendo de si éste claudicaba o se montaba en el carro del poder.

Durante los primeros años que siguieron al asesinato del dictador todo apuntaba que el país se beneficiaría de la acción, pasando de la barbarie política y el atraso económico a la organización del Estado Nacional, el surgimiento de una economía verdaderamente capitalista, en el marco de los cambios que vivía el mundo civilizado. El optimismo estuvo cimentado en resultados positivos hasta que el germen de la división se incubó entre los hombres que pusieron fin a la dictadura e iniciaron una nueva era en la vida dominicana de fin de siglo XIX y comienzo del XX.

Las deudas de la dictadura y la reacción imperial

Wenceslao Figuereo, mejor conocido como Manolao, era vicepresidente de Hereaux y en esa calidad quedó como Presidente Constitucional de la República. La ecuanimidad y el don de gente que todos reconocen a este político azuano no evitó que la euforia revolucionaria se lo llevara a su paso, permaneciendo en el cargo durante un mes. Se convocó a elecciones generales ganadas por Juan Isidro Jimenes, Presidente, y Horacio Vásquez, Vicepresidente.

Lo que encontró el nuevo gobierno fue un montón de notificaciones de pago de deudas contraídas por el régimen derrocado, con amenazas de intervenciones extranjeras, no solo norteamericanas, que comprometían peligrosamente la soberanía nacional.

Señala el autor del libro De Lilís a Trujillo, “Primeramente el Cónsul francés exigió el pago inmediato” de la reclamación de uno de esos compromisos, con amenazas de incautarse los fondos aduaneros y bloquear a Santo Domingo. Con tales objetivos, los franceses anclaron en las costas dominicanas una flotilla de buques guerreros que se retiraron tras recibir el pago compulsivamente.

“Después hubo de enfrentarse a la Improvement & Co., compañía americana que había obtenido de Lilís contratos leoninos”, dice Mejía, con derecho a recaudar las entradas aduaneras.

Luego entran en juego los belgas, desautorizando el cobro por parte de la compañía norteamericana en su condición de tenedores de bonos, viéndose el Gobierno Dominicano, por decreto del 10 de enero de 1901, a asumir la recaudación directa de los fondos aduaneros.

Las penurias económicas del gobierno posdictatorial le obligaron a la constante renegociación con sus exigentes acreedores internacionales, iniciándose esos paliativos con la gestión del doctor Francisco Henríquez y Carvajal entre la mencionada compañía norteamericana y los tenedores de bonos europeos.

Algo que pudo haber comenzado a molestar a los Estados Unidos, como potencia emergente en las Américas, fue que el Congreso de la República Dominicana aprobó, en “acalorados debates”, el acuerdo celebrado con los tenedores de bonos europeos, rechazando el que buscaba ponerle fin al impasse con la Improvevement & Co., de capital estadounidense.

Dice Mejía que el motivo principal para rechazar el acuerdo con la compañía norteamericana fue el de darle tres meses de plazo para presentar sus cuentas, cuando la mayoría de los legisladores, imbuidos por el pensamiento hostosiano en boga, exigía que se hiciera previamente y a seguidas.

“También se juzgaba peligrosa la cláusula relativa al arbitraje; pero sobre todo la opinión popular clamaba por su rechazo, porque creía que nada se debía a aquella compañía americana”, refiere.

El comentario siguiente que hace el autor sugiere que los legisladores dominicanos al rechazar el acuerdo con la compañía a la que el gobierno lilisista había confiado la recaudación aduanera, pudieron ser interpretados como un desafío al poder omnímodo que en su entorno geopolítico construía desde entonces el “Coloso del Norte”.

Así lo expresa: “Los hombres de la oposición suelen tomar actitudes radicales, a veces erradas, en cuestiones que afectan el patriotismo, aunque luego, al gobernar a su vez, reconozcan su error y traten de hacer lo que antaño habían combatido”.

En De Lilís a Trujillo se plantea que los sucesos siguientes al rechazo del acuerdo con la compañía norteamericana, en lo que respecta a las relaciones dominico-estadounidenses “han demostrado que ambos convenios debieron ser aprobados”.

Atribuye al idealismo hostosiano de los jóvenes legisladores, bisoños en los manejos del poder hasta no medir sus consecuencias del poder imperial, el rechazo a la empresa de capital norteamericano. “Sin embargo, hay que reconocer que la opinión de Hostos, adversa a la Improvement, impulsó a sus discípulos a combatir el tratado concertado con ella”.

Situaciones históricas que se siguieron dando en la relación RD-EE.UU, podrían justificar las apreciaciones del escritor Mejía, lo que analizaremos en la próxima entrega.

sábado, 13 de noviembre de 2021

Brecha entre ricos y pobres

 


Nos preocupa la pobreza y la exclusión en que viven millones de terrícolas, sin oportunidades, sin un espacio ni participación en los medios de producción para alcanzar un sustento mínimo de sus necesidades básicas.

la pobreza de los países en vía de desarrollo como los denomina sin tapujos Mario Benedetti, el cambio climático, la violencia de género, los muertos en el tajo o en los accidentes de coche, la vivienda, las desigualdades, el consumo de drogas, la educación o las personas que viven por debajo de los umbrales de la pobreza no es más que la pura expresión de la desigualdad sin límite en la propia era de la sociedad del conocimiento donde se supone que los índices de desarrollo humano mejorarían.

Vivimos en mundo donde la brecha entre pobres y ricos es muy exagerada. Los siguientes datos “universales lo confirman”

La enseñanza básica en el mundo costaría 6.000 millones de dólares, mientras en EEUU se gastan 8.000 millones en cosméticos.

La salud y la nutrición básicas se sustentarían con 13.000 millones de dólares, mientras en Europa y en EEUU nos gastamos 17.000 millones en alimento para mascotas.

Proporcionar acceso universal a los servicios básicos supondría un coste de 80.000 millones de dólares, cantidad inferior al valor neto de las propiedades que tienen las siete personas más ricas del mundo.
Del total de los productos que se comercian actualmente en el mundo, el 95%corresponde a valores financieros y el 3% a bienes y servicios…..

Si todo el mundo consumiera como en EEUU, serían necesarias tres Tierras para poder producir lo necesario.

El dinero blanqueado en paraísos fiscales por mafias internacionales se calcula en 500.000 millones de dólares al año, cifra similar al PIB español y el triple del presupuesto de General Motors.

El PIB de países como Indonesia y Noruega es similar, respectivamente, al volumen de ventas de las empresas General Motors y Toyota.

La esperanza de vida en África subió, de 1960 a 1980, desde los cuarenta a los sesenta años, pero ahora apenas llega a los cincuenta.

Según el informe 2000-2001 del Banco Mundial, 2.800 millones de personas, casi la mitad de la población mundial, viven con menos de dos dólares al día.

El ingreso promedio de los veinte países más ricos es 37 veces mayor que el de los veinte más pobres. Esta diferencia se ha duplicado en los últimos cuarenta años.

El 70% de los 1.300 millones de personas pobres en el mundo son mujeres.
Una mujer es maltratada físicamente cada 18 minutos en EEUU y en España han sido asesinadas este año por su pareja más de 70.

La deforestación se concentra sobre todo en los países empobrecidos del sur, pero más de la mitad de la madera y casi tres cuartas partes del papel se consumen finalmente en los estados industrializados.
Las industrias más contaminantes se trasladan a los países empobrecidos, donde no existen controles medioambientales.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Los amores de Juan Pablo Duart

AUNQUE TUVO DOS COMPROMISOS SERIOS, LA VOCACIÓN PATRIÓTICA DEL PRÓCER NO LE PERMITIÓ LLEGAR A CASARSE




La patria fue el único amor duradero del Patricio.


Aunque muchos insisten en ver al patricio Juan Pablo Duarte como un ser inmaculado y puro, incapaz de sucumbir a las pasiones más humanas, la realidad es que Duarte amó mucho en su vida. El amor de pareja no le fue ajeno, pues a la edad de 23 años estuvo comprometido por primera vez.

En el libro “Apuntes duartianos”, el historiador Pedro Troncoso Sánchez detalla que fue en 1936 cuando al joven Juan Pablo le sobrevino lo natural e inevitable.

“Se enamoró de María Antonieta Bobadilla y ella le correspondió”, dijo. El Museo de Duarte conserva la sortija que éste le diera a Bobadilla como señal de compro- miso.

Otra novia
José Joaquín Pérez Saviñón, director del Instituto Duartiano, comenta el desenlace de la primera historia de amor del patricio: “Por razones que se desconocen el compromiso se rompió”. Pero Duarte tendría oportunidad de volver a enamorarse, esta vez de una descendiente de catalanes y pariente de varios patriotas, Prudencia Lluberes, La Nona.

Troncoso Sánchez dice en “Apuntes duartianos” que “esta segunda novia recibió, como la primera, su promesa de matrimonio simbolizada en una sortija”.

Pero, dice Pérez Saviñón, esta segunda relación fue la más bella de su vida, pero sucumbe ante su agitada existencia.

En “Duarte romántico”, el discurso de ingreso en el Instituto Duartiano de Emilio Rodríguez Demorizi, el historiador describe cómo la vocación patriótica no le permitió relaciones duraderas. “En Duarte no hay un solo elemento volitivo que pueda separarse de su ideal romántico, de su ideal de Patria (…) Hasta cuando el amor le encadena fugazmente, una y otra vez, la Patria está presente y se interpone victoriosa”.



“NONA” LLUBERES, ETERNA ENAMORADA
Siempre perseguido por sus ideales, Duarte amó, pero no pudo seguir con Prudencia “Nona” Lluberes. Pérez Saviñón comenta que Yovanny Ferrúa escribió un artículo destacando que ya en el exilio, Duarte quiso casarse con ella por poder, pero no lo dejaron porque ya padecía tuberculosis. “Incluso le rompían a ella las cartas que él le mandaba por temor al contagio, por eso no se conservan cartas amorosas de Duarte”, dice el presidente del Instituto Duartiano.

Pérez Saviñón asegura que Prudencia siempre esperó y soñó con el Padre de la patria.

No se casó nunca. “Cuando trajeron los restos de Duarte, Nona vivía frente al parque Colón y la sacaron al balcón ya ciega, muy anciana y se dice que ella dijo: ‘Hasta aquí te he seguido Juan Pablo’, y a los pocos meses murió”, narra.

Un amante del sexo femenino
En los “Apuntes de Rosa Duarte”, del Instituto Duartiano, edición y notas de Emilio Rodríguez Demorizi, Carlos Larrazábal Blanco y Vetilio Alfau Durán, se destaca un curioso pasaje durante la estancia de Juan Pablo Duarte en Hamburgo, ciudad de Alemania, adonde llegó en octubre de 1844, luego de ser exiliado por Pedro Santana.

Luego de asistir a diversas actividades y visitar los monumentos más representativos de la ciudad, Duarte dice: “Debo a la alta sociedad hamburguesa, o si se quiere, a la aristocracia, muchas pruebas de estimación y respeto; el considerar que estaba sufriendo por mi patria me atrajo muchas simpatías hasta en el sexo bello.

Las hamburguesas son afables, pero lo que las hace más amables es que unen la amabilidad al decoro”.

Aunque se conoce poco de su vida en Venezuela, el director del Instituto Duartiano refiere la existencia de una venezolana (la cual al parecer no sucumbió a los encantos del patricio) a quien Duarte dedicara, en el exilio, el poema “Súplica”, cuyos versos rezan: “Si amoroso me vieran tus ojos/ acabaran mis penas en bien/ pues quitaras así de mi sien/ la corona que ciñe de abrojos (…)”.

Hijos
Mientras en el país se mantiene la versión de que Duarte no se casó nunca y mucho menos que tuvo hijos, el Boletín 117 del Archivo General de la Nación, llamado “La familia Duarte. La genealogía al servicio de la historia”, Antonio José Guerra Sánchez hace referencia a las Teorías de las descendencias de Juan Pablo Duarte Díez.

Dice Guerra Sánchez: “En diferentes épocas, algunos autores (entre los que se cita al periodista e historiador, originario de Arecibo, Puerto Rico, Luis Padilla D’Onis), han pretendido indicar descendencia del Patricio Juan Pablo Duarte, a través de su prima Vicenta Díez, en sus hijas Carmen Sandalia y Sinforosa Duarte Díez”. Sin embargo añade que se desconoce que existiese una Vicenta Díez y aún menos se sabe de cuál de los hermanos de la madre del prócer fue hija.

Lo que si es cierto es que Duarte no se casó, y según Pérez Saviñón no lo hizo “porque dijo claramente que se había casado con la patria, todos sus afanes fueron por la Patria. El amor por la patria fue superior a todo, incluso siendo ya un anciano vencido, todavía pensaba en la patria. Se sacrificó por su espíritu de servicio”, dice.-


Li Misol



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domingo, 31 de octubre de 2021

 3:23

Subido por Noticias SIN25 jun. 2021
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Papá Liborio, fue un curandero, ocultista, líder mesiánico y revolucionario Nacido en 1876 en San Juan de la Maguana, era hijo de Andrés Mateo y Sacarila Led...
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