"Un Cuento de Navidad"
es el relato de Juan Bosch en su Libro de "Cuentos Escritos en el
Exilio", cuya primera edición data del 1970, siendo la última, su
décimo-octava edición, impresa en los talleres de la editora Alfa y Omega en noviembre
de 1989.
Es el último de doce cuentos que con tanta
maestría y sabiduría pone el autor en manos de su lector. Sin lugar a dudas se
puede afirmar que Juan Bosch es uno de los grandes maestros del cuento
hispanoamericano contemporáneo.
El mensaje que contiene esta obra de tanta
calidad humana, percibido en cada momento de la historia contada, no es más que
el reflejo de la nobleza que acompaña al autor, cuando cuenta de manera tan
literaria el fin propuesto.
Y es que, lo que transmite el autor, a través de
este cuento de Navidad, son las vivencias de la historia de más de dos mil años
que conoce el mundo cristiano, del nacimiento del hijo de Dios.
Hace un recuento de la venida al mundo de Jesús,
el Hijo del Señor Dios, luego de una profunda reflexión que hace desde los cielos,
por su preocupación constante de la forma en que los hombres se comportaban en
la tierra.
Habiendo sido el Señor Dios, el creador de todos
los mundos existentes, entre ellos la Tierra y teniendo todo el poder del
universo, para disponer de todo lo que en ella se contiene, quiso a través de
su hijo hecho hombre, sensibilizar al hombre para que cambiara su conducta, con
la prédica y el ejemplo que este daría.
¿Qué nos enseña este relato histórico?
La inconformidad de Dios, desde los cielos, que
a través de las nubes todo lo ve, y decide enviar un diluvio que al durar tanto
tiempo ahogaría todo, salvándose solo Noé, un viejo noble y bueno que solo
hacía el bien a sus semejantes, quien acompañado de su mujer y sus hijos, y de
cada una de las especies que poblaban la tierra, sobrevivieron a esta
catástrofe.
Acontecimiento histórico que no logró humanizar
al mundo, debiendo el Señor Dios, tiempo después, enviar un hijo, que fuera el
maestro de la justicia y la pobreza, que pudiera lograr que los hombres en la
tierra fueran verdaderos hermanos de paz.
El relato tiene una enseñanza de justicia y
demuestra la fortaleza física de sus principales personajes, que al atravesar
montañas, y desiertos, tuvieron la osadía de llegar hasta el establo en Belén
para adorar al hijo de Dios, que había nacido, e iba a ser llamado el Rey.
Melchor, Gaspar y Baltasar, reyes de tres oasis
vecinos, muy lejos de Belén, vieron el lucero que cubría al recién nacido y
deciden seguir el rumbo de este, porque su corazón les decía que algo grande
acontecía en el mundo.
Guiados por el Señor Dios que todo lo ve,
llegaron hasta el portal de Belén a presentar al nuevo ser su adoración y
admiración, dejando como fruto de su emoción en manos de María, su madre, las
riquezas que cargaban consigo.
Y es que el Señor Dios, no entendía por qué, si
Él creó la tierra para que los hombres se amaran y compartieran las bondades de
ella y vivieran en paz, tenían que matarse, robarse entre sí, provocar las
guerras, odiarse, tomar las tierras y los ganados ajenos, en fin, se
comportaban de una manera absurda, que el señor Dios no entendía.
También mandó Dios a Don Nicolás o Santa Claus a
venerar al niño Jesús, que guiado por un trineo llegó hasta Belén. Y cuenta la
leyenda, que este también, dejó regalos y juegos como expresión de admiración
al hijo de Dios.
En este recuento de fe y de amor, se evidencian
los sentimientos más nobles de aquellos seres extraordinarios que desafiaron la
inclemencia del tiempo, la distancia y el hambre para llegar al lugar que el
Señor les indicó. Y es que en aquella época, no se conocían comodidades, ni
formas fáciles de trasladarse a lugares rurales lejanos.
Y es que mientras el señor Dios descansaba en su
trono celestial, su hijo Jesús, en la tierra predicaba el amor, y decía
"Amaos los unos a los otros, no hagas a tu prójimo lo que no quieres que
te hagan a ti" y recuerda que serás medido con la vara que midas a los
demás".
Pero ni esta prédica, ni toda la humildad que
exhibió Jesús en la tierra, sirvió de mucho para que los hombres se
arrepintieran y buscaran el perdón de Dios, según relata el autor.
El espacio escogido para este cuento, se
estructuró en la historia de la aldea de Nazaret, desde donde se trasladaría
María y José, su esposo, para dar a luz en Belén al sur de esta ciudad, adonde
luego irían los visitantes especiales que le adoraron.
Fue hace más de dos mil años que en estas
tierras nació un niño a quien llamaron Jesús y que vendría al mundo enviado por
el Señor Dios, su padre, para salvar al mundo que lleno de maldad se perdía
cada vez más.
Lo que relata este autor, es el más grande
ejemplo de bondad, de amor, de equidad y de justicia social que jamás haya
vivido la humanidad, y que representó nuestro señor Jesús, con sus prédicas y
ejemplos de humildad y sacrificio.
Es el acontecimiento histórico más grande que
haya vivido la misma humanidad, que a través de los siglos se moderniza, pero
no se humaniza. Es una crítica fuerte, contada en un tono sensible, presentada
con toques celestiales, que infunden poder supremo y temor hacia el Rey de
reyes.
Es una obra sin lenguajes rebuscados, escrita de
una manera llana, y comprensible como solo puede escribir este grandioso
cuentista de todos los tiempos.
Este cuento, trabajado en Santa María del
Rosario, La Habana, en febrero de 1956, vio la luz en su primera edición de
1970, que consta de ochenta y tres páginas, enfoca con mucha originalidad la
falta de hermandad de los pueblos, la falta de solidaridad, y la desigualdad de
todas las sociedades.
Establece estas desigualdades, que abren la
brecha entre ricos y pobres. Por eso, las diferencias económicas imperantes en
los países del mundo, donde los niños ricos reciben muchos juguetes de Papá
Noel en diciembre y de los Reyes Magos en enero, pero los niños pobres reciben
los menos y algunos, ninguno.
Y es que el autor ha distinguido de una manera
sutil, a través de esta historia de fe, que mueve regalos cada año, las
marcadas diferencias sociales y económicas, donde los menos disfrutan de las
mejores riquezas y las grandes mayorías en el mundo, se perjudican con la
pobreza.
Lo que ha querido este cuentista de larga data y
alcance, es llevar un mensaje a la sociedad, de corte humano, que pueda algún
día extrapolarse hacia los intereses de las grandes masas humanas, esa igualdad
de condición, ese querernos todos, ese debido respeto que logre crear la
plataforma de la paz y del amor.
Su Cuento de Navidad es el que cada año reciben
los niños. Los ricos, con finos regalos y dulces golosinas. Los pobres con poca
esperanza y hasta con poca sobrevivencia.
Es el engaño de la tradición cristiana, que se
ha hecho leyenda, porque es historia, pero con falta de humanidad y equidad.
Que agranda, cada vez más, la brecha de distancia entre ricos y pobres. De la
separación y la desigualdad, que tanto consume a los que creen en la justicia
social.
La reflexión obligada de este mensaje
El señor Dios creó al mundo para vivir en paz,
para quererse y ser felices. Sin embargo, el hombre con su codicia y ambición
desmedida no lo ha entendido así.
Hablar de la obra del profesor Juan Bosch, es
permitirse el privilegio de ahondar en sus más grandes sentimientos y en la
parte humana que siempre le acompañó, hasta los últimos días de su prolífera
existencia.
Hombre de singular capacidad creativa, genuino
en su género, de una prosa inigualable, que con un lenguaje sencillo y
entendible llegaba a cualquier hombre o mujer del pueblo.
Sin lugar a dudas, que supo aprovechar
acontecimientos como estos, para expresar de esta manera, sus más hondos
sentimientos, sus más caros anhelos y grandes preocupaciones porque nuestro
querido pueblo, tuviera un mejor futuro.
Es su versátil prosa, una fuente inagotable de
verdades cargadas del más vehemente deseo de cambio en las sociedades
desiguales, donde el sufrimiento es el sino de tantos.
Es sin duda alguna, un aporte vital, en medio de
tanta maldad, tanta opresión e intereses acumulados, de las sociedades que
disfrutan de las riquezas y bienes materiales, propios de las mayorías.
Esta historia, digna de ser leída y contada una
y otra vez, debe servir de soporte espiritual, de motivo esencial en el mundo
de hoy, para su obligada reflexión.
Habida cuenta, de que mantiene su vigencia,
porque se fundamenta en la historia de un niño, que vino al mundo, a tratar de
salvarnos a todos, perdonando los errores cometidos. Y aún más, dando muestras
de sabiduría y humildad, cuando dijo que perdonaba los pecados del mundo.
Aquellos que siendo cometidos y olvidados, se repiten.
Lo
que relata este autor es el acontecimiento histórico más grande que haya vivido la misma humanidad, que a través de los siglos se moderniza, pero no se humaniza. Esuna crítica fuerte, contada en un tono sensible, presentada con toques celestiales, que infunden poder supremo y temor hacia el Rey de reyes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario